La regeneración dunar en la Caleta del Estacio comienza a dar sus frutos, revelando un paisaje lleno de biodiversidad vegetal característica de las dunas, que ha sido posible gracias a la eliminación del bosquete de acacias, que se formó tras décadas de abandono de este espacio costero.
Desde el inicio del proyecto, ANSE ha trabajado en la retirada de estos árboles, originarios de Australia, y considerados como una de las especies invasoras más transformadoras del hábitat, ya que son capaces de eliminar por completo a la flora autóctona.
Los llamativos plásticos que cubren el suelo son temporales y, son hasta ahora la técnica más eficaz en el control de estas especies. Esta técnica se denomina solarización, y consiste en cubrir el suelo con lonas de polietileno durante los meses más cálidos del año. Bajo estas lonas, el calor generado por el sol eleva significativamente la temperatura del suelo, lo cual es crucial para eliminar las semillas de plantas invasoras y otras partes vegetativas mediante el calor extremo. Después de dos veranos, se retiran los plásticos, y se lleva a cabo un mantenimiento para evitar rebrotes. De hecho, actualmente, se está llevando la eliminación de rebrotes en las áreas donde se ha retirado el plástico de solarizado, mientras que aún queda una sección cubierta por polietileno, que se mantendrá hasta el próximo año.
En aquellas zonas en que ya se ha conseguido controlar la acacia, las dunas comienzan a ser colonizadas por diversas especies de flora dunar autóctona que se extienden por esta playa, destacando la amapola de mar (Glaucium flavum), el lirio de mar (Pancratium maritimum L.), el hinojo de mar (Crithmum maritimum), el cardo marítimo (Eryngium maritimum), las lechugillas falsas (Launaea fragilis) y la centáurea menor (Centaurium pulchellum). Todo ello gracias, en gran parte, a las plantaciones realizadas con ejemplares producidos en vivero.
Dentro del proyecto Resalar, también se trabaja en la restauración y conservación del espacio dunar de Monteblanco, que comenzó ANSE en 2013, con la retirada de escombros y la plantación de sabina de las dunas y pino piñonero.
La Caleta del Estacio y el espacio de Monteblanco son ejemplos de cómo la restauración ecológica puede revitalizar y proteger los ecosistemas costeros. Los procesos de restauración están revitalizando la biodiversidad autóctona y mejorando unos paisajes descuidados por su abandono.
El proyecto RESALAR tiene el objetivo de regenerar espacios del litoral del Mar Menor y su biodiversidad para fortalecer la resiliencia del litoral frente al cambio climático y mejorar e incrementar los servicios ecosistémicos que proveen a la sociedad.
Este proyecto, que coordina la Fundación ANSE, y en el que participan la Asociación de Naturalistas del Sureste, WWF-España y el Instituto Español de Oceanografía, Centro Nacional de la Agencia Estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IEO-CSIC), cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU y se encuentra vinculado al Marco de Actuaciones Prioritarias para la recuperación del Mar Menor del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.